Para quién no haya tenido la suerte de ver esta película tan chula de DC Studios, "Venom" incorpora al mundo de los superhéroes una trama con un trasfondo biológico de gran interés. A modo de gran resumen, en la película Tom Hardy (Eddie Brock, el prota) se vuelve víctima de la relación entre su personaje y un parásito alienígena llegado a la Tierra (el mismísimo Venom).
Aunque es una película muy entretenida por muchos motivos, en esta entrada nos centraremos concretamente en los aspectos más biológicos de la misma; especialmente, en la relación biológica entre el parásito y el humano.
Para empezar, es necesario aclarar una serie de conceptos básicos. En primer lugar, ¿qué es un parásito? Pues, básicamente, se trata de un organismo que obtiene alimento y protección a expensas de un huésped, pero sin llegar a perjudicar a este último tanto como para que este muera. Dentro de este grupo de organismos podemos encontrar parásitos internos (llamados endoparásitos) y externos, los cuales se clasifican, obviamente, en función del lugar que ocupan respecto al huésped. Entre los humanos, los parásitos más comunes son los internos; por ejemplo, el causante de la malaria (Plasmodium falciparum). Este bichito pertenece al grupo de los protozoos (que junto a las algas conforman el antiguamente llamado reino de los protistas), dentro del cual se pueden encontrar otros muchos bichitos, también parásitos, como especies del género Leishmania, Giardia lamblia o Toxoplasma gondii (causante de la toxoplasmosis), muchas de las cuales probablemente hayáis escuchado alguna vez. Si os interesa el tema, podéis encontrar más ejemplos de parásitos en https://www.insst.es/agentes-biologicos-basebio/parasitos
Más específicamente, dentro de los protozoos podemos encontrar a las amebas. Reconectando con el inicio de esta entrada, en la película se hace referencia a que "Venom" es una especie de ameba, la cual causaría lo que se conoce como amebiasis. De este tema precisamente, hablaremos en la próxima entrada; concretamente, de una ameba que causa una afección muy común en personas que usan lentillas.
Por supuesto, no podemos olvidarnos de los típicos parásitos intestinales, algunas especies de gusanos, entre los cuales podemos encontrar a Anisakis simplex (de gran relevancia especialmente por su vinculación con el pescado crudo), especies del género Taenia (conocidas como tenias) y del género Trichinella.
✨ Un pequeño inciso: es posible que después de haber leído esto, algunos de vosotros hayáis recuperado de alguna parte de vuestra mente la palabra simbiosis, que posiblemente hayáis escuchado alguna vez. Sin embargo, el parasitismo y la simbiosis son relaciones huésped-parásito diferentes en aspectos muy básicos: en el parasitismo el huésped del parásito sufre un daño por parte del parásito, mientras que en la simbiosis, tanto el huésped como el bichito que lo acompaña obtienen un beneficio de la relación entre ambos. ✨
Sobre este tema podríamos seguir hablando durante horas, por lo que si, después de haber leído lo anterior, os surge alguna duda, curiosidad o sugerencia, os invito a compartirla para poder resolverla juntos. Nos vemos en la próxima entrada de Luciendo Ciencia 😉
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